domingo, 24 de noviembre de 2013

El  Sistema de Gestión de la Salud y la Seguridad en el Trabajo (SGSST),  en comparación con el cuerpo humano, es la columna vertebral del bienestar de los empleados. Aunque lograr la implementación  y convertir la salud ocupacional en una política preventiva para la  empresa pueda parecer arduo,  costoso e innecesario, ( pues tiende a atribuírsele mucho a la actividad económica desempeñada por la compañía);  a continuación, se describirá este   procedimiento,  globalizando  y a su vez,  sintetizando los aspectos a tener presentes para efectuarlo.

 La gestión eficaz, aquella que trascienda más allá del papel, deberá tener unas bases sólidas; éstas dependen  en primera medida, de una política preventiva, que incluya a todos los empleados de la empresa, sin exceptuar el departamento  que conformen. Y la meta será concienciarlos sobre  sobre la  importancia de conservar la salud en las funciones laborales: Es apostarle a la calidad de la vida.



Con este paso, se procederá a la organización preventiva, definiendo el papel que desempeña cada integrante de la compañía, en cuestión de cargos,  responsabilidades y  atribuciones delegadas. Así, será más sencilla y directa la relación de acudir a quien corresponde,  en caso de detectar, por ejemplo,  la falla de un procedimiento o la falta de los recursos para realizar las tareas en la forma más adecuada y pertinente, teniendo presente que la prevención es mejor, cuando puede evitarse que ocurra un accidente laboral o incluso, que la imagen de la empresa se ponga en entredicho al no contarse con las condiciones adecuadas para estar en el mercado. 


Después de tener una política y una organización con enfoque preventivo, se establecerá qué se hará y cómo se ejecutarán procedimientos para garantizar la optimización de la seguridad industrial. Las medidas para el control y la evaluación de los riesgos, serán una herramienta clave para determinar las técnicas, métodos y procedimientos que contribuyan a cumplir con  el objetivo que se anhela:  Aminorar o extinguir los riesgos que puedan presentarse. Los factores existentes en ellos, deben estudiarse plenamente, ya que determinan su procedencia, causa y efecto. Con un estudio de los procesos productivos, revisión de datos de accidentalidad y normatividad correspondiente a la actividad en enfoque, se obtendrá una información esencial para continuar con la misión en marcha.




Al conocer los resultados obtenidos, una vez se efectuaron los cambios pertinentes, se determinarán las oportunidades de mejora, la identificación plena de la causa y la falla de la  labor. Así se obtiene, de manera argumentativa y práctica, lineamientos para realizar los cambios que tengan lugar, al  considerarse necesarios para lograr la gestión preventiva.  Si se desea una visión completamente objetiva, por temor a que no se estén cumpliendo con los planes de acción, ocultando procedimientos  indebidos  o por omisión de los integrantes comprometidos con la labor, se podrá acudir a una Auditoría Externa, que evaluará imparcialmente y con la normatividad legal vigente, si el sistema es el conveniente. 



Se requiere hacer hincapié en que los empleados son el mayor  y el más importante de los activos de la empresa. Por ello, es fundamental que cada uno sea tomado en cuenta dentro de esta gestión, porque todos laboran para una misma entidad y hacen parte de ella. Esto es lograr la identidad institucional; si llega a alcanzarse, la empresa tendrá los mejores clientes aliados: Aquellos que  tienen como objetivo  dar lo mejor porque reciben lo mejor.  En muchas entidades, se culpa a sus funcionarios cuando ocurren simples  incidentes, por considerarlos descuidados.  Finalmente, cuando un accidente sucede y se evidencia la existencia de un riesgo, se comprende  que es una variable, pues éste es  la combinación de la  probabilidad más la consecuencia de que ocurriera ese evento.



Internamente,  para continuar con la implementación de seguridad industrial, se procede a elaborar un   sistema de control y revisión de riesgos,  para  determinar  la etapa en que se encuentra el plan, los resultados  que se han obtenido en función al objetivo principal y la información clasificada, de acuerdo a quien le proceda conocer lo alcanzado.  También,  debe tenerse en cuenta a las empresas con quienes exista una relación en ejercicio de las labores, para concretar en conjunto la forma pertinente de laborar, con base en el bienestar.  Es necesario tener en cuenta la legislación vigente, para que exista  un compromiso real y obligatorio, que a su vez promueva la práctica segura del trabajo y cuente con un fundamento de peso para ejecutarlo. También es la forma de dar a conocer el por qué se ejecuta y la importancia en cuestión:  preservar la vida.



Todo este proceso deberá convertirse en un hábito empresarial,  pues al formarlo parte de la cultura organizacional de la empresa, se estará creando la conciencia que se busca formar en sus integrantes. Los cambios, para algunos, pueden parecer drásticos o de difícil adaptación. Pero, si  se remonta la mente de nuevo al objetivo inicial, se concluirá que se está aportando con darle el sentido que debe tener el trabajo en la sociedad actual:   mejorar la calidad de vida del trabajador. Dejar de verlo como el estigma y el modus vivendi. Es la oportunidad de demostrar que a través de la prevención, el trabajo puede ser  uno de los procesos de dignificar al hombre en la búsqueda de conservar su especie.